EXPERIENCIA EN CLASES Y PROPUESTA ANDRAGÓGICA.
       La observación del proceso educativo se realizó con estudiantes comprendidos entre las edades de 20 a 30 años en el curso de Mediación Pedagógica. Las personas adultas se enfrentan a los procesos de aprendizaje desde una experiencia que han acumulado durante años. En virtud de esta experiencia las personas adultas, aunque decidan aprender, ya tienen comportamientos consolidados porque poseen una personalidad madura y estructurada, hacen uso de sus responsabilidades familiares y laborales, habría que considerarlo como un encuentro de culturas, la de los alumnos y los profesores.
     Ahora bien la experiencia facilita el procesamiento de la información al permitir establecer relaciones significativas entre los nuevos aprendizajes y los que ya se poseen. Podemos decir que la  Andragogía es la experiencia que funciona como fuente de aprendizaje. También como una fuente de conocimiento, toda vez que la experiencia previa va a operar como un elemento de contraste o de validación acerca de los conocimientos nuevos. En la práctica va a significar que las personas adultas van a estar comparando constantemente nuevos conocimientos con la práctica y con la experiencia propia, lo que les hace ser más críticos.
     Todas las personas adultas tienen derecho a la educación, dando prioridad a los sectores sociales que más lo necesiten, contribuyendo así a la igualdad de los seres humanos.  Esta educación es un medio efectivo para reducir las desigualdades y desajustes sociales, recurso para prevenir la marginación, depende de ello entonces para percibir una persona adulta en la sociedad en la que vive.
     Los cambios biológicos en la edad adulta no tienen que ser ignorados por los profesionales de la educación pues estos cambios afectan a los procesos de formación, estos cambios son los que suceden en la tercera etapa de la edad adulta, se caracteriza por el hecho de que el crecimiento ha llegado a su término, es decir que se encuentra en estado de madurez, se aceleran los procesos de envejecimiento. La participación se debe asumir como propia, asumir sus actividades con democracia, desde el punto de vista metodológico y organizativo; tomar en cuenta sus opiniones, dejarle hablar en clase, si se quiere fomentar la participación.
     Educar en el pensamiento racional, en la racionalidad crítica, tiene que hacer que la información se convierta en conocimiento mediante la reflexión, el diálogo y el debate; la información no se aporta sin más, hay que relacionarla, contextualizarla, interpretarla, valorarla, contrastarla, criticarla. Por este camino estamos convencidos de que la educación de adultos conseguirá ser crítica y  promoverá unos ciudadanos racionales, autónomos, capaces de aprender y de mejorar las condiciones de vida, siempre y cuando estemos centrados en el contexto de la realidad de nuestro país.
     En este sentido la Andragogía promueve  un derecho que las personas adultas reciban educación, teniendo muy en cuenta la selección de contenidos, intentando contribuir a la igualdad de oportunidades de todas las personas, trabajando desde una educación integral, incluyendo las áreas expresivas con intención de crear espacios y acompañamiento en los cambios bilógicos y cognitivos que son parte del desarrollo de cada etapa de la vida.


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